El escándalo del pastor y su doble efecto: golpe al oficialismo y unión en el PJ

Un cross a la mandíbula que nunca vio venir. Con el ritmo de vértigo que ganó la lengua de Héctor Bonarrico en cuarenta años de auditorios, el escándalo de los $9 millones fue creciendo de manera imparable para el Gobierno.

Primero debió argumentar sólo el subsidio, pero bastó una simple entrevista para que el pastor los acusara de pagar favores políticos con dinero público. Pueden defenderse y, de hecho, ya comenzaron a hacerlo. Pero el efecto está desatado: el PJ aprovechó y el oficialismo perdió -por lo menos- a un socio clave. Puede haber perdido más.

«Fue parte de un acuerdo que Mas Fe (su partido) hizo con el Gobierno en las elecciones pasadas», dijo el pastor. No hizo falta otra declaración. La frase encendió la furia en el Gabinete suarista y, minutos después, el mandatario ya estaba pidiendo cancelar la entrega de fondos. Luego dirían que el religioso malinterpretó o transformó la naturaleza del acto. Y en rigor, nunca dijo que hubiese sido a cambio de bajar su candidatura para el 2021; pero sí marcó que fue un arreglo entre dirigentes y un espacio político. «En vez de darme una dirección, con empleados y todo», su organismo recibiría dinero.

En Cambia Mendoza hay declaraciones cruzadas y malestar. Primero, porque hay funcionarios a quienes el problema les vino de arriba, como Mario Abed, que firmó el decreto por ausencia del gobernador y terminó quedando en pleno ojo de la tormenta. Después, porque perdieron a un aliado que ellos mismos ponderaban (si no, no lo hubiesen ido a buscar dos veces). Y finalmente, porque no sólo se les alejó un socio, sino que lo hizo atacando la figura de Suarez con una virulencia pocas veces sufrida por él: en 24 horas, lo trató de inmoral, de traidor, de no haber tenido palabra, y -como broche de oro-, deslizó que la denuncia anunciada por el ministro Víctor Ibañez es un blef: «Mentira, no van a ir a ningún lado», desestimó.

PJ: con un poco de ayuda de mis enemigos

Hace una semana, el peronismo deshojaba margaritas. Con aporte de los medios de comunicación, contaba cuántos -y sobre todo, quiénes- habían ido a su premeditado acto de unidad en el Bustelo. Y hubo ausentes, porque hay división. También extrañaron a algunas figuras de Buenos Aires, que solo amagaron, y que los hubieran potenciado como selladores del gran abrazo frentetodista en el interior. Resignados, rescataron lo positivo y pasaron página. No sabían que, con algo de ayuda, siete días después lograrían (al menos mostrar) esa concordia tan ansiada. No lo logró la militancia, sino un paso en falso de los rivales. Pero igual se aprovechó.

Es que, viendo la oportunidad, muchos volvieron al scrum contra el Gobierno. Hasta algunos de los que repudiaron el acto partidario estuvieron en la conferencia del viernes por la mañana. Y desde otros sectores, donde discretamente declinaron la invitación (como el peronismo del Sur), también se reacoplaron: junto a Anabel Fernández Sagasti, estaba el sanrafaelino Germán Gómez, y a través de las redes también acompañó la diputada nacional Liliana Paponet, ambos alfiles de los hermanos Félix.

El hecho político fue ese: el justicialismo recuperando hasta a sus soldados más rebeldes. Como el senador Rafael Moyano, quien asistió a pesar de su carta bomba contra las autoridades del partido y de haber votado contra su mismo espacio en la sanción a la Ley de Anestesiología.

Desde el frente hicieron saber que contaban a esos gestos como un triunfo y el entusiasmo tras el caso Bonarrico es indisimulable. Esperan haber encontrado, como dijo Anabel, «la punta del ovillo». No sólo hacia posibles actos de corrupción, sino también, hacia la salida de su propio conflicto interno.

Jorge Omar Giménez reunió al peronismo en la tarde del jueves. Ese encuentro fue clave para lograr una mayor foto de unidad al día siguiente.

Jorge Omar Giménez reunió al peronismo en la tarde del jueves. Ese encuentro fue clave para lograr una mayor foto de unidad al día siguiente.

Encuentro en San Martín y en la oficina de Anabel

La foto de unidad -que por ahora es sólo eso- se dio en varios tramos. El primero fue gracias a Jorge Omar Giménez, ex intendente de San Martín, quien reunió tanto a tradicionales como camporistas en su comunapara una entrega de pensiones por discapacidad. Fue el jueves por la tarde, cuando ya el pastor había dado la famosa entrevista y los equipos técnicos del PJ trabajaban a contrarreloj en la presentación judicial. Empezó a gestarse la convocatoria a la prensa del día siguiente. Lucas Ilardo hizo muchos de los llamados para que la presencia fuese lo más variopinta posible.

Pero la armazón de lo que vendría se trasladó a las oficinas de Anabel Fernández Sagasti apenas volvieron del Este. Allí se reunieron, en un encuentro mucho más privado, con otros dirigentes como Omar Félix -según contaron fuentes a diario UNO-. Ya con la estrategia legal sobre la mesa, y con parte de los pedidos que llevarán a la Legislatura, pulieron su posición para el viernes a la mañana. La idea era apuntar a varios posibles delitos.

Y claro, había un segundo objetivo: mostrar la foto amplia. Faltó José Luis Ramón, aunque Sagasti habló con él en la previa y supo que se considera un «principal damnificado» por Bonarrico, pues eran aliados en el Partido Intransigente. Tampoco estuvo Roberto Righi, pero había preparado su acto en la Universidad de Congreso junto a la empresa Stroit Project y científicos de otros países (están tras un programa que podría generar lluvia)Su alfil legislativo, Gerardo Vaquer, estuvo en ese encuentro y después acudió a los hospitales Notti y Lagomaggiore por el conflicto con los anestesiólogos. Según sus allegados, «si no hubiera tenido eso, iba a la conferencia».

Legisladores provinciales y nacionales acompañaron al PJ. La intención era mostrarse juntos, y lograron sumar a sectores que venían siendo críticos de la cúpula partidaria.

Legisladores provinciales y nacionales acompañaron al PJ. La intención era mostrarse juntos, y lograron sumar a sectores que venían siendo críticos de la cúpula partidaria.

Buscaron unir a todos los partidos contra el oficialismo

Todas las denuncias se harían este lunes. La Justicia debe resolver varias preguntasFundamentalmente, qué encerró el pastor en las palabras «acuerdo político». Está claro que de un lado se ofrecía un subsidio millonario, pero nadie confirma si la contrapartida a ese beneficio eran solo las labores de su fundación, o si efectivamente se trató del pago por un favor partidario, como abandonar las pretensiones electorales y seguir en Cambia Mendoza. Tal es la acusación que está formulada.

El peronismo decidió atacar con fuerza e ideó el plan de que su denuncia no fuera sólo propia, sino que actuara como una ofensiva de todos los partidos de la oposición. Es decir, querían que la causa penal fuera colectiva y reuniera a varias fuerzas en contra del Gobierno, algo que hubiera tenido otra dimensión en términos de opinión pública. Pero se complicó, y algunos de los que tenía casi abrochados se fueron corriendo con la misma rapidez con que simularon acercarse.

Félix González, asesor de Anabel Fernández Sagasti en el Senado, se encargó de llamar a los referentes del Partido Demócrata, según averiguó UNO. Los «gansos» le dieron vueltas al asunto durante todo el viernes y -hasta llegaron a contarlos adentro, para dar la sorpresa el lunes-, pero terminaron agradeciendo la invitación y diciendo que no. Algo similar pasó con el Partido Verde, a quienes esperaban con los brazos abiertos; pero Vadillo, Romano y Fugazzotto se anticiparon y presentaron denuncias por su cuenta: una a Ibañez y otra a Bonarrico.

Sí lograron -y acá se va a sorprender más de uno- sumar al Partido Libertario. El viernes por la mañana, la titular Ana Montes de Oca llamo a Germán Gómez y le dijo que querían participar. El diputado la contactó rápidamente con los abogados del partido y ese espacio fue uno de los primeros en acoplarse a la causa, algo que se oficializará en cuestión de horas. Cabe aclarar que, dentro de los libertarios, otro sector desconoce a la periodista como su presidenta y afirma que el titular es Gastón Pescarmona.

Sagasti y su equipo buscaron sumar a más partidos políticos a la denuncia contra el Gobierno.

Sagasti y su equipo buscaron sumar a más partidos políticos a la denuncia contra el Gobierno.Foto: Martin Pravata/ Diario UNO

Por último, se sumará Protectora Fuerza Política, el sector de José Luis Ramón. Era previsible, ya que es parte del Frente de Todos. A Hugo Laricchia, del Mendoexit, no lo llamaron, pero también prepara su avanzada judicial contra Ibañez y el pastor y la presentaría el martes. Cabe recordar que fue precisamente ese espacio el que ya llevó al gobernador ante la mismísima Corte Suprema de Justicia. En aquel caso era por una supuesta falta al artículo 115 de la Constitución provincial; un fallo que salió favorable a Suarez en todas las instancias.

Las versiones que se chocan y qué puede pasar esta semana

El peronismo quiere la salida de Ibañez. Este miércoles, y tal como anticiparon hace unas horas, el sector que responde a Germán Gómez en Diputados planea exigir una interpelación legislativa al ministro -no es lo mismo que estar meramente citado, sino que debería acudir ante las cámaras en pleno y responder frente a todas las bancas-. No hay antecedentes de eso en la última década. Antes, habrá que ver qué jugadas planean ambas fuerzas para la sesión del martes en el Senado, donde -obviamente- no pasarán por alto el tema.

En medio de eso, la Oficina de Ética Pública deberá comenzar a accionar. Hasta la noche del viernes, el área de Investigación Administrativa no había recibido ningún tipo de expediente para empezar los trabajos. Cuando lo hagan, se abocarán al famoso convenio relatado por Bonarrico, y también al debate sobre si fue correcto otorgar subsidios a la fundación de un senador oficialista. A pesar de que fue publicado cuando ya no tenía su banca; el convenio marco -según el propio Boletín Oficial- da cuenta de que se suscribió el 23 de febrero. Es decir, cuando aún estaba en funciones como legislador de Cambia Mendoza.

Justicia, Oficina de Ética, y opinión pública. Son tres los escenarios donde se juzgarán los hechos. En este último ámbito, por ejemplo, a muchos les resuenan por lo menos dos fuertes incongruencias en las declaraciones del pastor: la primera de ellas surge en su propio descargo, publicado este viernes.

Ibañez aseguró que todos los procedimientos se hicieron de forma correcta y que la publicación del decreto en el Boletín Oficial es una prueba de transparencia.

Ibañez aseguró que todos los procedimientos se hicieron de forma correcta y que la publicación del decreto en el Boletín Oficial es una prueba de transparencia.

Allí, primero aseguró que Suarez era completamente consciente del arreglo: » (…) refrendado por Mario Abed (a cargo del Ejecutivo por ausencia del gobernador, quien estaba al tanto y había autorizado el decreto)», afirmó. Pero en el mismo texto escribió: «si realmente no estaba enterado, alguien debería presentar su renuncia». Entonces, ¿sabía o no? ¿El religioso está convencido, como en la afirmación inicial, o duda, como en la siguiente? Las dos oraciones chocan entre sí.

La segunda es más técnica: cuando respondió la consulta del periodista Facundo García, de Diario UNO, le dijo textualmente: «¿A qué iglesias iba a ayudar con esa plata, si tenemos una red enorme que abarca todos los departamentos? Es una estupidez decir eso».

Tomando sus palabras, no quedan claros, entonces, los incisos «c», «e» y «f» del decreto. El primero hablaba de «brindar apoyo legal, administrativo y de infraestructura a los templos de toda Mendoza»; el segundo, de «prestar ayuda a Iglesias y ONG Cristianas para que puedan acceder a las diferentes líneas de financiamiento», y el tercero, “tramitar ayudas y/o subsidios para los templos que lo requieran”. No se entiende. Será tarea de los involucrados explicarlo.

Bonarrico dijo no necesitar el dinero para ayudar iglesias, pero en al menos tres apartados del decreto se hablaba de esa posibilidad.

Bonarrico dijo no necesitar el dinero para ayudar iglesias, pero en al menos tres apartados del decreto se hablaba de esa posibilidad.Foto: Diario UNO

Hay algo claro: se vienen días intensos. La espera por lo que vendrá se matiza recordando una frase de Bonarrico, el día que acordó mantenerse en Cambia Mendoza (esas frases de ocasión, que se dicen al pasar): «Estoy muy contento. Esperaba esta propuesta. El gobernador siempre me escuchó».

Y vaya que lo escuchó.

El problema es que no le gusto nada lo que dijo.